jueves, 27 de octubre de 2011

La vida

Tomo de mi hermana unas frases que hoy me ha escrito. Y las comparto con vosotros. Si tenéis hermanos o hermanas y los queréis como yo las quiero (a mis hermanas) sabréis que siempre estarán allí, pase lo que pase y en cualquier momento de tu vida, bueno y menos bueno.

"La vida es cambio. Pero también, el cambio es vida.  Y lo inteligente es adaptarse al cambio.
Así que ahí vamos…."

y un fragmento de un escrito que hoy me ha enviado:


"Sienta bien escribir. Ha sido una buena herencia.

Al menos puedes quedarte desnudo y mostrar todo tu interior, sin necesidad de quitarte la ropa idem.
Puedes gritar, sin necesidad de hacer daño al oído.
Y puedes hablar con quien quieras, no hacen faltan ni teléfonos ni malditas redes sociales.
Puedes dejar ahí todos tus sentimientos, no te da vergüenza.

Todo eso, y mucho más, es difícil en nuestro estilo de vida.
No hay tiempo y no queda bien.

Te felicito, y te envidio, me encantaría tener un poquito de tiempo para escribir, también.

Este año a mí también me han dao’, pero otra buena herencia fue la lección aprendida: no hay que tirar nunca ninguna toalla.
Estoy leyendo un libro de Rojas Marcos titulado “Superar la adversidad”, muy apropiado, no?,
y estoy convencida que podrás superar muchas cosas que este año estás sufriendo, y deseo que así sea.

Según este doctor ahí tienes algunos pilares que te harán superarla: tus conexiones afectivas, presentes o pasadas,
tu autoestima, el pensamiento positivo, el buen humor…."

Mi hermana es un claro ejemplo de superación.


El ritmo de los días

Es muy curioso todo lo que estamos viviendo en estos últimos tiempos. Yo recuerdo de pequeño que volvía a casa de mis padres y me decían: te ha llamado el Manolín que quiere saber si has hecho los deberes, que tú sabes de números y se ha encallado en el problema 3.1, que le llames que tiene dudas…
Y tú descolgabas aquél teléfono que tenía un disco que giraba con los números, color gris del régimen y lo llamabas. Se ponía su madre, a la que saludabas y seguidamente Manolín, si estaba, te preguntaba por el problema de mates, en otros casos si tenías algún ligue pasabas el cable por la puerta y la cerrabas para que no te escucharan la conversación. Y punto. No habían ni inalámbricos.
Ahora la (sobre)información es al milisegundo, entre los e-mails i los faceisbuks i los tuiters y su puta madre todo va a un ritmo que te cagas.
Y lo más jodido es que se pierde el contacto humano, con lo guai que es cogerle el moflete a tu chica preferida! O darle un abrazo!. Pues no, tócate los pies, pones algo en el facebook y el feedback es un puto “me gusta”… el qué te gusta ¿yo? ¿lo que he escrito? Mierda, por Dios, opina, coño… pero no, es que ese “me gusta” es instantáneo, lo que tardará tu cerebro en hacer un click sobre el ratón o.. qué cojones, sobre la pantalla táctil de tu “Iphone4 mega Smartphone v.24.”
Ahora, además, para quedar con la gente, ya casi que hace falta tener una astróloga de pago porque claro, estamos todos TAN OCUPADOS en hacer planes que lo que se nos va pasando es la vida planificando múltiples opciones, haciéndolas cuadrar: “espera que si me da tiempo, después de comer, cojo el coche (estaré en VIC) y luego quedaré contigo para tomar un café, serán sólo 10 minutos, lo siento, porque luego he quedado con Ana para vernos unos minutitos y después tengo una cena en casa de Mario… si no llego te envío un SMS, eh?”
Joder, putas prisas. Y así vamos.


Por no citar a los/las megaestresados/as del trabajo, van todo el día con un petardo en el culo, “.. no puedo,… tengo retraso.. tengo que entregar lo que debería haber entregado hace 1 semana, es que verás, mi jefe está en Acapulco y hace un mes, como me han hecho “Product Magager” y han despedido a tres de mis compañeros ahora, mientras hago el trabajo, me pongo una escoba por el culo y barro y si suena el teléfono y tengo unos auriculares manos libres, mientras redacto el proyecto contesto las llamadas de los clientes, mientras con la otra mano me remuevo el café, porque claro, qué menos que podernos tomar un cafelito después de lo que curramos no?”
Pues sí… esta es la vida que nos hemos montado los humanos, ser que se diferencia del reino animal por algo que llaman “inteligencia”.
Luego está el tema de la capacidad de elección del plan que “más nos interesa”, es decir, tú pones en marcha para un sábado por la tarde 3 cosas y al final haces lo que más te conviene. Tengo un amigo que es un experto en el método, dice sí a todo y luego elige. No está mal, es una expresión del egocentrismo del día a día, apoyada por las nuevas tecnologías. Claro, como tienes tarifa plana les enchufas a los que dejas colgado un super mensaje multimedia con una foto junto a la chica con la que has quedado y les dices: “mirad capullos qué bien me lo monto, claramente prefiero estar con Marta, medidas 90-60-90, de ojos azules y rubia, que con vosotros yendo a comer unas bravas y hablando de guarradas”. Yo debo reconocer que por mi amplia agenda social últimamente no me ha quedado más remedio que hacer esto pero claro, luego uno tiene su conciencia y le sabe mal.

Finalmente el tema de la planificación de los viajes en grupo… a quién ha tenido el placer de organizar un viaje en grupo que nos cuente su experiencia. Yo he estado a punto de sucumbir a un viaje en grupo en el que las decisiones a tomar eran tan lentas que estuve a punto de cortarme las venas. Así que he decidido, o bien irme solo o bien esperar a ver si encuentro a alguien con un poco de marcha en el cuerpo. Me diréis,… esto de los viajes es otro tema… no.. me refiero a los ritmos.. a que por un lado están los ultra-rápidos y por otro lado la gente que cuando se corta pide unos fartons para merendar su propia sangre, léase, horchata.
Y hasta aquí mis reflexiones del día,… todo va muy rápido, que paren el tren que me bajo!

2011

No sé si a vosotros os pasa lo mismo que a mí. Espero que no, porque este año 2011 lo defino como el año de la inestabilidad.
Algo inestable está en un movimiento continuo. Es algo que va contra natura, los sistemas tienden al reposo, a la mínima energía.
Este año no está siendo así, quizás esto sucede para salir de una posición de reposo y cambiar a otra que está por llegar.
Las relaciones interpersonales son efímeras, superficiales.


Todo el mundo busca “algo” que ni uno mismo sabe muy bien definir pero que le impulsa a moverse para, a futuro, conseguir una ansiada felicidad.
No olvidemos el presente, cada instante, para su disfrute, no sea que ni seamos felices en cada instante ni en el futuro.
Todos queremos amar y ser amados, encontrar y ser encontrados, enamorar y que te enamoren, que nos tengan en cuenta, que tengamos la sensación de permanencia en algún grupo.
Pregunto a la gente de mi alrededor si es feliz, la mayoría tienen cosas que le impiden ser felices. Seguramente si buscamos el positivismo en nuestro día a día encontraremos detalles, que aunque pequeños que sean, nos ayudarán a avanzar.
Estoy seguro que si pensáis bien, habrán momentos de vuestro día a día que os harán feliz. Nadie habló de que fuera fácil la vida pero es mejor luchar y pensar que todo irá bien a lo contrario, puesto que lo contrario no nos aportará nada bueno y malbaratará nuestra energía.

Tú, yo, nosotros

Cómo es la vida
Tú, con tu reto para toda tu vida
Yo, ahí, ilusionado.
Tú, con tu trabajo, ocupada
Yo, lo mismo con el mío
Nosotros, besándonos y abrazándonos: lo mejor de la semana
Tú, que eres buena persona
Yo, con mis quehaceres rutinarios
Tú, con los tuyos
Nosotros, haciendo el amor
Nosotros, nos tenemos
Nosotros, la ilusión de hoy que nos hará avanzar hacia el mañana
Tú, con tu maquillaje matutino
Yo, con mis discos en el coche
Nosotros, iniciamos nuestro día a día: tenemos mucho tiempo por delante y muchos sueños por cumplir
[…]
Tú y yo, que vivimos el día a día, contentos y agradecidos por lo que tenemos:
 a tí, a mí, a nosotros.

Ya va siendo hora…

De pensar qué queremos hacer realmente con nuestras vidas.
Con mis treinta muchos inicio una revisión de mis objetivos vitales ahora que creo que he consumido “medio depósito”. Es lo que toca.
Estoy cambiando muchas cosas en mi vida, poniendo y quitando, siempre hay “constantes” (me refiero a personas).


Algunas personas que estaban ya no están y algunas personas que no estaban están y me están ayudando a dar pasitos pequeños pero los grandes logros están llenos de muchos pasitos…
Quiero aprovechar mi vida porque siento que sólo se vive una vez.
Sin hacer daño a nadie, uno de los objetivos vitales que me planteo es que la gente me quiera y si algún día falto se acuerde de mí. Ahí lo dejo.
Soy ávido de cariño, como los niños chicos.
El próximo lunes hace 10 años que mi madre perdió una batalla contra el cáncer. Y no hay día que no la recuerde.
¿Será porque era buena persona? ¿será porque dedicó su vida a todos los que quería: hijos, marido, vecinos de su entorno más próximo, hermanos y hermanas, sobrinos y sobrinas, nietas…
Así que, aprovechemos la vida y disfrutemos de ella mientras haya salud. No perdamos en tiempo en chiquilladas o malos rollos, exprimamos la vida como las naranjas! (siempre acabo hablando de algún fruto).
Porque no hay más… el resto es sólo el humo del incienso.

Mis dos nuevas amigas

Todos me comentan que pasarán y que con el tiempo todo se arreglará.
Sustituyo mi situación inicial, quizás más de pasotismo o rabia, por la tristeza.
Es una sensación indescriptible, un sentimiento profundo que lo tienes ahí por todo tu cuerpo y es difícil de expresar con palabras.
Espero que algún día vuelva a estar contento, me acompaña la soledad y la tristeza, mis dos nuevas amigas.
Hoy  no escribiré más, porque no hay nada más que decir. Con lo dicho ya es suficiente.

Ser más abierto y vivir

Ser más abierto y vivir: conocer a nuevas personas, exprimir los días, hacer lo que te gusta, sin hacer daño a nadie, respetar los gustos e intereses de los demás, quedar con gente guapa, trabajar, reír, llorar, sufrir, emocionarse, darse algún caprichito de vez en cuando, decir lo que uno piensa, sin miedo, expresar cómo se siente uno, alegrarse por el otro cuando le cuenta que va a hacer algo que realmente le gusta y motiva, amar a otro, hacer el amor, pasarte horas besando a la persona que más quieres, estar por todos y que todos estén por ti, notar que la gente te aprecia y te quiere, ser optimista y realista (que no pesimista)… es que estoy empezando a aprender a entender lo que finalmente viene siendo ser abierto y vivir. Por fin.

Los hombres de la limpieza también son inteligentes

Esto es lo que opino de Matías, mi colega de la limpieza. Él no es de la empresa de donde trabajo pero es un tío inteligente.
Siempre está de cachondeo pero hoy, al enterarse de mi situación personal, de mi separación, me ha dicho: eso debe ser muy duro.
Cuánta razón tiene Matías. Y me ha estado comentando que él no se imagina pasar por esto, que lleva con su mujer desde el 83.
Que claro, has hecho tantas cosas en común, los primeros viajes, montar una casa, casarse, que cuando hay tantos años de por medio cuesta olvidar.
Este buen hombre me demuestra día a día la gran persona que lleva dentro y añade: cuando necesites desahogarte por aquí estaremos.
Creo que se ha quedado un poco flipando, de hecho me ha preguntado desde cuándo, le he dicho que desde Abril.
Y me dice: pues vaya semana santa que te habrás pasado.


También comenta que el que se piense que esto se cura de un día a otro deberá tener una neurona y con cáncer.
También comenta lo de que es una suerte no tener hijos, que eso complica y que además ellos acaban pagando el tema de los padres. También tiene razón.
Matías es un tío de puta madre. Lo digo sin hacer la pelota, es un tío que carbura. Si no lo conoces dirías que está un poco pallá  pero no… tiene criterio y opinión, a sus 56 años es un tío que lo pasó mal, cuando me explica que por allí por los 80 se quedó sin curro con una niña pequeña y que iba a pedir trabajo cada día, a lo que saliera.
Me da la sensación que es un tío que no ha tenido suerte en la vida en algunos aspectos, quizás en lo económico, pero es un tío que puede estar contento por la inteligencia que tiene. Porque he conocido a muchos ingenieros mil veces más gilipollas y engreídos que él.
Aunque no lo sepas, hoy, gracias, Matías, tu conversación me ha ayudado a seguir hoy en un día también gris.

A mi ángel de la guarda

Sé que estás ahí.
Aunque me tendrás que disculpar porque últimamente me he olvidado un poco de tí.
Eres generosa como cuando estabas entre nosotros.
He sentido que me he perdido.
Pero tú sabes cómo volver a ayudarme y reconducirme.
Cuento contigo.
Perdóname porque siempre olvido lo más básico y me pierdo entre la niebla de los días.
Cuento contigo.
Ahora más que nunca, te necesito.

Esencia personal

No la pierdas nunca, amigo, o el resto del mundo dejará de quererte.
Es así.. si pierdes tu esencia y no eres tú, entonces ni te querrás a ti mismo ni te querrán los demás.
Recuperala si la has perdido, piensa en quién eres, tómate tu tiempo y que no se repita.
Sólo siendo uno mismo, reconociéndote a ti mismo, con todo lo bueno y malo que tengas, estarás realmente abierto al mundo.
El mundo por otra parte te tiene que querer como tú eres, te debe aceptar.
El mundo son las personas.

Decidir

Cruce de caminos, ahora toca elegir.


Dejar el sendero por el que vas para coger otro por el que no sabes a dónde te llevará.
La vida te presenta encrucijadas cuando menos lo esperas.
Cuando elijas, no mires atrás.
Porque tampoco vale la pena preocuparse por aquel otro sendero, por lo que hubiera pasado si lo hubieras tomado, nunca lo sabrás.
Hay que ser a veces un poco valiente y afrontar los retos y los cambios.
Alguien me dijo algún día que quién no arriesga no mejora.
Y si erras tu elección te servirá para aprender y por lo menos tendrás que reconocer tu valor.
Cambiar cuesta, porque tendemos a la comodidad.
Pero la rutina también nos impide experimentar cosas nuevas que pueden ser buenas para nosotros.
Si estás convencido cambia, si no, párate, no dés ningún paso en tu vida si no estás convencido de ello.
Los miedos te paralizarán pero la vida te impulsará a cambiar, cuando menos lo esperes porque te estará esperando algo mejor.
Si tú no cambias la vida hará que cambies. La vida se encarga de ello, vela por tí.

“Sensatez crónica. Johnny, la gente está muy loca”

Mientras iba para el trabajo Mariano de la Cierva pensaba en su día a día. No estaba especialmente contento con su rutina diaria, sobre todo porque llevaba ya 23 años haciendo lo mismo. No eran 23 años de experiencia, era 1 año repetido 23 veces.
Se preguntaba si era feliz, su relación con su pareja tampoco era para tirar cohetes, un polvete semanal siempre en la misma postura, su hija ya de 18 años pasaba de él y de su madre, no tenía apenas amigos porque siempre había hecho vida familiar y su suegra estaba dando por el flending cada vez más fruto de su vejez.
Mariano de la Cierva era maquinista del tren de la L1 un trabajo nada apasionante si tienes en cuenta que vas bajo tierra. El tren es semi-automático, tiene un sistema que hace que la mano del conduntor está en un potenciómetro y hay que llevar pulsado un botón para asegurar que está el conductor controlando el ritmo.
Los espejos retrovisores se abren neumáticamente en cada parada y Mariano se paraba a pensar en las personas que entraban y salían cada día del vagón.
Aquella chica con minifalda, aquél anciano desarreglado, aquel inmigrante con el acordeón, aquel turista japonés cámara en mano, el segurata con el perro, el perro-flauta con el iPhone (porque sus padres son de Sant Cugat) y el ejecutivo triste que cree que por llevar corbata es más guai.
El estudiante con la carpeta de la UPC o de la UB, da igual, que se siente orgulloso de ser ya universitario, de ser guai también.
El metro se detiene en Hostafrancs y bajan los chicos guapos que viven en este barrio con su mercado, su Abacus, su Opencor y sus fiestas de finales de verano.
Mariano de la Cierva acaba el turno y se toma un cortado en el bar. Él vive en Hospitalet, justo en el barrio de la Torrassa. Aquí cada vez son más los inmigrantes que arman follón “que no sabe dónde se ha metío” pero le gusta el ambiente de barrio, ese barrio en el que muchos andaluces, como en otros barrios, llegaron por allí en los 60 cargados de ilusiones por formar una familia.
Mariano no tiene Facebook y tampoco Blackberry ni iphone ni ningún otro tipo de Smartphone de esos que te esclavizan a cada momento.
Tampoco tiene hipoteca porque ya la tiene pagada, gracias a sus tíos pudo acceder a una vivienda que le costó 360.000 pesetas de aquellas.
No hace vacaciones en Canadá por tres semanas porque su sueldo no le llega ni tiene esa intención de ser fashion, usa camisas del Carrefour.


Tampoco va a meet up’s ni conduce un Honda. No le hace falta, tiene un Seat Málaga de las olimpiadas y como apenas lo usa lo tiene aparcado en la calle en la zona verde, total paga 1 Euro a la semana.
Mariano se reúne con sus cuñados, hermanos de María, su mujer, de cuando en cuando, va a la Vía Julia, que es allí donde viven.
Van a compra un pollo allas’t los domingos y con 4 cervezas y una ensalada pasan un rato agradable. Luego juegan al cinquillo por la tarde del domingo y así la matan, entre todos.
A sus 54 años no tiene ya muchas ilusiones, la verdad. Quiere que su hija estudie pero la niña está por los chicos, a su edad, esos 18 y por ganar dinerillo para salir los fines de semana.
Ahora trabaja en el Pull&Bear doblando camisetas, se pasa el día doblando camisetas de la gente que va en manada al centro comercial Gran Vía 2 y lo dejan todo hecho una mierda. Todas menos la que se quedan, esa la tratan muy bien porque la pagarán y será suya. Y a la niña, esa que gana 576 € netos al mes, que le den.
María limpia escaleras a ratos, cuando le sale y cuando no le duelen los brazos. Va por ahí su buenhacer de boca en boca y mira, algún caprichito se da de cuando en cuando. Como tienen el piso pagado la verdad, aunque la vida que tienen es austera, van tirando.
Mariano de la Cierva piensa en jubilarse en TMB, entró con 31 años y allí sigue, en su metro. Piensa: que no me falle el trabajo que a mi edad será jodido perderlo.
Vidas grises pero vidas.
A qué distancia estamos nosotros de estas vidas. Somos jóvenes, tenemos ilusión, tenemos buenos amigos, buenas familias, a veces dificultades pero tenemos muchas muchas posibilidades de elegir. Vamos a cenar 2, 3 o hasta 4 veces fuera de casa por semana, en verano nos vamos de vacaciones, tenemos internet en el móvil y podemos ir a bailar al Hyde. Y a veces no somos felices. Tócate los cojones!
Tenemos formación, ganamos más de 1000 € al mes (o mucho más), somos libres porque podemos (hasta ahora) elegir qué hacer en nuestras vidas.
Amamos lo que nos dejan, a veces ni nos amamos a nosotros mismos con todo lo que somos y a veces nos dejan en la cuneta porque no cumplimos con las expectativas del otro ni el otro con las nuestras por puro egoísmo.
Yo pienso últimamente, “Johnny, la gente está muy loca” y pienso que es verdad.
Deberíamos estar agradecidos por todo lo que la vida nos ofrece porque muchas personas no tienen ni una décima parte de las posibilidades que nosotros tenemos.
Por eso os digo, amigos y amigas, den gracias por todo lo que tienen porque es mucho. Seguro que muchos de vosotros tenéis lo que llamo sensatez crónica. Si algún día me véis convertido en un insensato os autorizo a que me déis una ostia.

Ese difícil equilibrio entre tú y yo

Encargarse de uno ya es difícil. Yo a veces no me aguanto ni a mí mismo.
Más difícil es mantener un equilibrio entre tú y yo. En este equilibrio está lo que yo quiero, lo que tú quieres, lo que en realidad no quiero y no te digo y lo que en realidad tú no quieres y no me dices.
A veces no he sido lo suficientemente sincero conmigo mismo por intentar serlo contigo. O al revés. Y en ese momento pienso que lo estoy haciendo bien cuando en el fondo la estoy cagando porque traslado mi deseo hacia el tuyo y luego con el tiempo quiero hacerte pagar eso que en principio di sin esperar nada a cambio. Renuncio no de forma gratuita y todo por no decir en el momento lo que quiero y lo que no.

Difícil aprendizaje, difícil equilibrio, ese que existe entre tú y yo.
Las personas a veces nos dejamos y nos olvidamos por el otro, por ese al que creemos querer bien cuando lo que conseguimos al final del camino es no querer bien al otro y no quererse ni a uno mismo.
Deshaciendo el trabalenguas del lenguaje: quererse a uno mismo para querer al otro. Ser asertivo, que no es más que decir lo que uno quiere y lo que no quiere de forma natural.
El no quererse a uno mismo es un peso que proviene de alguna otra vida que vamos arrastrando y que nos supone un lastre que por algún motivo no soltamos o no queremos soltar. El error está en pensar que el otro nos va a resolver nuestras carencias existenciales. La tabla de salvación la tiene uno mismo bajo sus pies aunque a veces no la vea.
Soltar la mierda, perdón por la expresión, que llevamos dentro, es lo único que puede hacernos aprender realmente. Abandonar ese lastre, hoy y ahora mismo, en la cuneta de tu camino y convencerse de que una vez te has caído, no hay más que levantarse y tener presente que lo que en un tiempo has hecho mal no volverá a repetirse.
No fustigarse por los errores cometidos cuando has amado, bien o mal lo has hecho, no ha sido tarea de cobardes. Porque querer a alguien implica compromiso, sacrificio, inversión y de todo se aprende en esta vida, también de lo que no nos sale bien. Porque en los fracasos, dicen, está el verdadero aprendizaje.
Todos buscamos amar, ser amados y mantener ese frágil pero bonito equilibrio entre tú y yo.