jueves, 27 de octubre de 2011

El ritmo de los días

Es muy curioso todo lo que estamos viviendo en estos últimos tiempos. Yo recuerdo de pequeño que volvía a casa de mis padres y me decían: te ha llamado el Manolín que quiere saber si has hecho los deberes, que tú sabes de números y se ha encallado en el problema 3.1, que le llames que tiene dudas…
Y tú descolgabas aquél teléfono que tenía un disco que giraba con los números, color gris del régimen y lo llamabas. Se ponía su madre, a la que saludabas y seguidamente Manolín, si estaba, te preguntaba por el problema de mates, en otros casos si tenías algún ligue pasabas el cable por la puerta y la cerrabas para que no te escucharan la conversación. Y punto. No habían ni inalámbricos.
Ahora la (sobre)información es al milisegundo, entre los e-mails i los faceisbuks i los tuiters y su puta madre todo va a un ritmo que te cagas.
Y lo más jodido es que se pierde el contacto humano, con lo guai que es cogerle el moflete a tu chica preferida! O darle un abrazo!. Pues no, tócate los pies, pones algo en el facebook y el feedback es un puto “me gusta”… el qué te gusta ¿yo? ¿lo que he escrito? Mierda, por Dios, opina, coño… pero no, es que ese “me gusta” es instantáneo, lo que tardará tu cerebro en hacer un click sobre el ratón o.. qué cojones, sobre la pantalla táctil de tu “Iphone4 mega Smartphone v.24.”
Ahora, además, para quedar con la gente, ya casi que hace falta tener una astróloga de pago porque claro, estamos todos TAN OCUPADOS en hacer planes que lo que se nos va pasando es la vida planificando múltiples opciones, haciéndolas cuadrar: “espera que si me da tiempo, después de comer, cojo el coche (estaré en VIC) y luego quedaré contigo para tomar un café, serán sólo 10 minutos, lo siento, porque luego he quedado con Ana para vernos unos minutitos y después tengo una cena en casa de Mario… si no llego te envío un SMS, eh?”
Joder, putas prisas. Y así vamos.


Por no citar a los/las megaestresados/as del trabajo, van todo el día con un petardo en el culo, “.. no puedo,… tengo retraso.. tengo que entregar lo que debería haber entregado hace 1 semana, es que verás, mi jefe está en Acapulco y hace un mes, como me han hecho “Product Magager” y han despedido a tres de mis compañeros ahora, mientras hago el trabajo, me pongo una escoba por el culo y barro y si suena el teléfono y tengo unos auriculares manos libres, mientras redacto el proyecto contesto las llamadas de los clientes, mientras con la otra mano me remuevo el café, porque claro, qué menos que podernos tomar un cafelito después de lo que curramos no?”
Pues sí… esta es la vida que nos hemos montado los humanos, ser que se diferencia del reino animal por algo que llaman “inteligencia”.
Luego está el tema de la capacidad de elección del plan que “más nos interesa”, es decir, tú pones en marcha para un sábado por la tarde 3 cosas y al final haces lo que más te conviene. Tengo un amigo que es un experto en el método, dice sí a todo y luego elige. No está mal, es una expresión del egocentrismo del día a día, apoyada por las nuevas tecnologías. Claro, como tienes tarifa plana les enchufas a los que dejas colgado un super mensaje multimedia con una foto junto a la chica con la que has quedado y les dices: “mirad capullos qué bien me lo monto, claramente prefiero estar con Marta, medidas 90-60-90, de ojos azules y rubia, que con vosotros yendo a comer unas bravas y hablando de guarradas”. Yo debo reconocer que por mi amplia agenda social últimamente no me ha quedado más remedio que hacer esto pero claro, luego uno tiene su conciencia y le sabe mal.

Finalmente el tema de la planificación de los viajes en grupo… a quién ha tenido el placer de organizar un viaje en grupo que nos cuente su experiencia. Yo he estado a punto de sucumbir a un viaje en grupo en el que las decisiones a tomar eran tan lentas que estuve a punto de cortarme las venas. Así que he decidido, o bien irme solo o bien esperar a ver si encuentro a alguien con un poco de marcha en el cuerpo. Me diréis,… esto de los viajes es otro tema… no.. me refiero a los ritmos.. a que por un lado están los ultra-rápidos y por otro lado la gente que cuando se corta pide unos fartons para merendar su propia sangre, léase, horchata.
Y hasta aquí mis reflexiones del día,… todo va muy rápido, que paren el tren que me bajo!

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