viernes, 23 de octubre de 2015

Siempre fue mucho más fácil

Hoy corren tiempos en los que nos queremos poco y exigimos mucho amor a los demás.
Si fuimos pero ya no somos será porque nuestros egoísmos vencieron a nuestras almas.

Y entonces, el silencio es ahora el eco de nuestros pensamientos en los que pensamos muchas veces todo lo que dejamos atrás.


"Siempre fue mucho más fácil esperar al sol, que no andar buscando.

Siempre fue mucho más fácil despertar contigo, que no hacerlo solo.

Siempre fue mucho más fácil...

Hoy quizás lo más difícil es saber que todo se fue marchitando.

Sabes que lo nuestro era, lo nuestro era mucho más de lo que estoy contando.

Hoy es mucho más difícil que nadar sin agua, que volar sin alas, que caer sabiendo que ya estoy sentado.

¿Sabes? Somos dueños, somos vida y somos versos.

Somos como el eco del que tuvo mucho más que besos.

Somos los que saben, los que dicen lo que vale, los que inventan los paseos que hoy nos dejan ser honestos.

Siempre fue mucho más fácil decir te quiero, que tener que imaginárselo.

Hoy quizás lo que fue nuestro necesite un tiempo para ser perfecto.

Sabes que te espero, que es cuestión de esto, somos mucho más de lo que está pasando.

Hoy es mucho más difícil que nadar sin agua, que volar sin alas, que caer sabiendo que ya estoy sentado.

¿Sabes? Somos dueños, somos vida y somos versos.

Somos parte de esta historia y para siempre.
Somos los que un día lo soñaron, somos vida, somos uno y somos fuertes...mucho más que ayer.

¿Sabes? Somos dueños, somos vida y somos versos.

Somos como el eco del que tuvo mucho más que besos.

Somos los que saben, los que dicen lo que vale.

Los que inventan los paseos que hoy nos dejan ser honestos.

Siempre fue mucho más fácil decir te quiero, que tener que imaginárselo."

Letra de Antonio Orozco

Ilusión perdida

Hace tiempo que se perdió. No es hasta hoy que la he echado de menos, cuando he vuelto a pensar en ella. Quizás se perdió aquél día en que algo por dentro se rompió y cuando al volver a unir las piezas algo faltaba y ya no era lo mismo, ya no encajaba de la misma forma original. Aquél día en el que te diste cuenta que la traicionaste pero algo peor pasó y es que te traicionaste a tí mismo. Luego, días grises. Ciudad gris. Levantándote al golpe del ritmo que la rutina te marca y así día a día, siempre de la misma forma, a sabiendas que lo que brilló un día hoy no lo hace. Y pasando días y semanas de forma sempiterna, en tu silencio, con tus cosas, sin nada especial que contar o haber vivido al final de cada día. Hoy has recordado que se te dio algo muy preciado cuando naciste y que perdiste por el camino. Hoy quieres recuperarla. Y no sabes cómo y no sabes si valdrá la pena porque te mueves dentro de esa falsa comodidad que te aportan los días grises. Pero el tiempo pasa y te das cuenta de ello. Y quizás piensas que te mereces volver a sentir todo aquello que sentías en otra época.